El pasado mes de septiembre, Irlanda doblegó sorprendentemente a Australia en la fase de grupos por primera vez en un Mundial, el de 2011 de Nueva Zelanda. Los wallabies fueron incapaces de superar la minuciosa defensa tejida por los del trébol, que pusieron en práctica una novedosa forma de placaje bautizada como The Choke, algo así como El Estrangulador.

De un tiempo a esta parte, los cambios en la reglamentación operados por la IRB en pos del espectáculo favorecen descaradamente al atacante. Sobre todo en la continuación de jugadas como el placaje, en la que el placador está obligado a soltar al placado nada más caer, con lo que éste puede orientar la transmisión de la pelota hacia su campo, complicando sobremanera el robo de la misma en el ruck para los defensores, a menos que involucren más gente. Esto lo tuvo en cuenta Less Kiss, técnico de defensa de los irlandeses y exjugador de Rugby League, que decidió probar una nueva modalidad de placaje inspirada en la forma de placar del Rugby XIII. La idea de Kiss consiste en no llevar al suelo al placado, sino bloquearlo con los dos pies en el suelo, para obligar a sus compañeros a involucrarse en la jugada para no perder la bola. Eso provoca un desequilibrio defensivo en la disposición del equipo portador, al involucrar gente en el maul, debilidad que ataca el rival. Para desarrollar la técnica de The Choke, se necesita jugadores fuertes capaces de inmovilizar al rival teniendo los pies en el suelo y aguantando las cargas de los contrarios. Si hasta ahora, el propósito del placador era derribar al portador, el objetivo de esta maniobra es justo el contrario: mantenerlo vivo, en juego, de pie.

Se trata de envolver al placado, situarse entre él y sus compañeros girándolo para ofrecer a los tuyos la posibilidad de robar la pelota. Se necesita dos jugadores. El placador y un segundo que llegue rápido a la zona de conquista, para que cuando El Estrangulador volteé al portador, le arrebate la pelota. Kiss ordenó a sus jugadores que aguantasen unos segundos antes de robar y liberar, para implicar más adversarios en el maul improvisado, generando mayor desequilibrio en su línea. En ese momento liberas la bola y tu línea está presta para rentabilizar las lagunas del adversario. ¿Quién lo hace? Cuando el atacante percute en el intervalo, el jugador designado para realizar el placaje es quien carga desde el lado en que el atacante porta el balón. La mano del lado del balón entra por debajo, y el brazo por encima del otro hombro, con lo que se bloquea al portador. El segundo jugador entra por abajo y ejerce de contrafuerte para mantener en pie el maul. Además, él es quien decide en qué momento liberar, una vez vea o le canten que el rival ha implicado suficiente gente desequilibrando su línea.

En el partido ante Australia, Irlanda utilizó como segundo hombre en The Choke al centro Brian O’Driscoll (1,78 y 95 kilogramos), al segunda Doncha O’Collaghan (1,98 y 112) y al medio melé, Conor Murray (1,83 y 86) en el maul, llegando a involucrar hasta siete australianos. Al entrar tres cuartos en el maul, Irlanda liberaba a un delantero en el maul, algo que estaba trabajado con antelación. El hombre elegido para quedarse fuera del agrupamiento era el jugador más devastador de Irlanda en el intervalo: Sean O’Brien (1,88, 108). Cinco veces lo intentaron, y las cinco salió bien, porque los wallabies acudieron en manada al maul, descubriendo su línea, en la que O’Brien y Earls (1,80 y 90) hicieron mucho daño. Al final, en la zona mixta, los jugadores australianos confesaron que habían caído en la trampa perpetrada por Less Kiss y sus chicos. Irlanda ganó 6-15 a Australia. Y el mundo del rugby ganó una nueva forma de placar.

* Fermín de la Calle es periodista del diario As y especialista en Rugby. En Twitter: @ASFerminDLCalle

Fuente: www.martiperarnau.com