Si a finales de mayo celebraba el retorno, un año después, a la Primera División Nacional y los jugadores podían poner ya en práctica sus planes para el verano, esta semana tocaba reunirse de nuevo en las instalaciones de Gamarra para reanudar el trabajo. Esto después de que el éxito bañara al Gaztedi la pasada temporada. Al ascenso masculino se sumaba el concurso de las féminas Nerea Otxoa de Aspuru y Aitziber Porras en el Europeo que España ganó en Estrasburgo.
«No sólo rugby»
En Gamarra hay algo más que juego. «Yo no quiero sólo rugby», asegura Roberto Bartolomé, el entrenador que dejó de jugar para llevar a esta treintena de chicos de nuevo a la Primera Nacional. Y es que para Bartolomé no se trata sólo de un equipo de rugby que quiere llegar alto. «Como esto no es profesional, prefiero que se lo pasen bien y, sobre todo, que formen un grupo, dentro y fuera del campo», afirma. Y así, el propio técnico suma siete años junto a uno de sus ahora pupilos y antes compañeros, un recién llegado se hace íntimo de uno de los veteranos... Y los meses de verano que han pasado sin verse parecen no haber existido.
En lo deportivo, el objetivo es consolidarse y mantener la categoría, «pero sin descartar nada». También integrar un equipo que tira de la experiencia de los veteranos, «que deben ir dejando sitio» para las caras jóvenes que van llegando al club. Éstos tienen la tarea añadida de «coger experiencia en una liga superior».
Los 'cocos'
Para cumplir estos objetivos, el Gaztedi se enfrentará a siete equipos. Los más duros, en opinión del técnico, serán el Zarautz, el Santander -éste por lo correoso- y el Baztan. «Entre ellos estará la pelea arriba», sentencia Bartolomé. También compite la crisis, que con su mazo puede hacer variar el rol de cualquier equipo, para bien o para mal. El cuerpo técnico valora la importancia de empezar bien, porque «si ganas dos o tres partidos, coges confianza y las cosas van mejor».
Para afrontar la competición, el Arabat Gaztedi cuenta con la fortaleza de una buena delantera. Sin embargo, en el debe está una plantilla joven que adolece de un placaje débil, pero hay más de un mes para mejorarlo.
Los primeros entrenamientos, con poco balón -salvo de pose para las fotos-, servirán a esta plantilla para deshacerse de los excesos del verano, coger el ritmo necesario para empezar la competición y juntarse, más que con unos compañeros de equipo, con los amigos, que vuelven en septiembre como si de colegiales se tratara, para contarse las batallitas de la época estival que toca a su fin.
Para que la vuelta no sea tan dura, el Gaztedi prepara para el sábado una fiesta del rugby con partidos, homenaje a las campeonas de Europa, paellada, música y poteo en Gamarra y después por el Casco Viejo vitoriano.
Fuente: El Correo
No hay comentarios:
Publicar un comentario