En las últimas semanas de agosto, Vitoria empieza a recuperar la actividad social que perdió tras las fiestas de La Blanca y los equipos deportivos comienzan, en su mayoría, sus pretemporadas. El Gaztedi Rugby también retoma su pulso al final del largo verano. Sus dos conjuntos senior, masculino y femenino, vuelven al trabajo con el calor estival y sueñan para el curso que se avecina con seguir creciendo deportivamente. La escuadra de chicos está en Primera Nacional, dos categorías por debajo de División de Honor, y la femenina, en Liga Vasca después de descender de la máxima competición la anterior campaña. En estos primeros días, ambos equipos están realizando conjuntamente la preparación en el parque del Prado al no poder entrenarse en su habitual campo de Gamarra por encontrarse en plena temporada de baños. Las personas que pasean o realizan footing en el céntrico pulmón verde de Vitoria se entremezclan con los placajes, las melés y los balones ovalados.
Tecnificar la base
El rugby es un deporte que no tiene profundo arraigo en la capital alavesa. Quienes lo practican han tenido que hacer siempre sacrificios de todo tipo, como relata Miguel Beltrán de Otálora, exjugador y ahora coordinador del Gaztedi. «En Vitoria, los que hemos querido hacer rugby hemos tenido que pagar. Por eso, el 60% del presupuesto proviene de los jugadores», asegura el técnico, que cree que el campo no es el único terreno en donde se disputan los objetivos. «Tenemos en la actualidad dos peleas. Deportivamente, el equipo tiene madera, pero en lo económico, no, y eso nos puede lastrar en muchas ocasiones».
Otro de los hándicap es la formación deportiva y física de los jugadores que cada año llegan al Gaztedi. Muchos de los integrantes del equipo vitoriano se le han incorporado de otras disciplinas, lo que resulta un inconveniente a la hora de trabajar correctamente. Por ello se necesita un trabajo táctico y físico imprescindible desde la base para competir al más alto nivel dentro de este rudo deporte.
Desde esta campaña, el Gaztedi ha cambiado su organigrama para conseguir «una conjunción entre todos sus equipos». Beltrán de Otálora será el que controle la estructura con la meta de instaurar unos mismos patrones de juego, entrenamientos y conducta que creen deportistas 'made Gaztedi'. «Queremos tecnificar desde jóvenes a los jugadores en sus puestos para que tengan los conocimientos y la forma de competir asimilados».
Así, los juveniles son el principal interés de los rectores del Gaztedi, un equipo que cuenta con piezas «con cualidades» en esta edad, aunque a algunos integrantes les falta «disciplina deportiva». «La tecnificación también incluye la ambición de los jugadores. Ellos son los que tienen que esforzarse y demandar jugar a un alto nivel. No tiene que ser algo que les imponga el entrenador, sino que ellos son los que lo deben exigir», afirma Otálora.
Un trabajo largo con el que se pretende «crear un equipo sólido y de mucha gente», el cual «dé un relevo de garantías a los veteranos». «Si conseguimos tecnificarlos y desarrollarlos físicamente, en dos años podremos competir por el ascenso con garantías». Un «salto de los jugadores de base» que serviría, según Miguel Beltrán, para que el Gaztedi diera «un paso adelante» en el competido mundo del rugby.
Fuente: "El Correo"
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