Corazón y medio

Empezaba otro día de batalla lluvioso, con ese frío que se te mete en los huesos y hace que te cueste reaccionar. El equipo visitante teniendo claro cuál era su juego, sumó puntos hasta dejar 0-12 en el electrónico. Poco a poco empezamos a ser conscientes de que éste era nuestro partido, habíamos estado esperando semanas por él, por jugarlo en casa y sentirnos arropadas por toda esa marea roja que tanto envidiamos del equipo masculino. Aitana sumaría los diez primeros puntos aprovechando junto a su velocidad los errores de la defensa guipuzcoana que Enara transformaría en catorce. A los tres minutos, un ensayo de Saquia junto a la transformación de Enara ponen un 21-12 en el marcador para darnos un respiro de cara al segundo tiempo.

El segundo tiempo nos devasta, el parón que nos congela sin piedad nos une sorprendentemente a los dos equipos, dicen que al mal tiempo buena cara es por ello que en las meles las risas empiezan a contagiarse, las bromas de las delanteras llegan a los dos bandos... Creando algo que nos toca el corazón y es entender que la victoria es importante pero aún más que eso es hacer disfrutar a las rivales y entender que como ellas el año pasado nosotras estamos pasando por lo mismo, pocas en los entrenamientos, sin cambios pero aunque la tormenta vuelva a azotar nos refugiamos entre nosotras y a su vez haciéndonos más fuertes. El Landarbaso ensaya pero el encuentro termina con Arrate y Aitana posando el ojival bajo palos añadiendo al marcador las transformaciones nuevamente de Enara y en su ausencia de Aitziber finalizando el encuentro con un favorable 33-17, haciendo que se pare el tiempo en la última patada y siendo conscientes que más importante que quedar por encima en la tabla es apoyar este deporte y sobre todo a las mujeres valientes que luchamos porque cada día sea un poquito mejor.