La selección española de rugby se proclamó, ayer sábado, en Guadalajara, Campeona de Europa por octava vez con un resultado que deja a las claras que en Europa, reina la anarquía.
Un campeonato como el europeo, al que las selecciones del VI Natios Cup dejan de lado, deja como resultado un marcador que, para una final, no deja de ser ridículo.
Si usted se pregunta de donde parte semejante despropósito, déjeme decirle que Rugby Europe no deja (por lo menos desde la debacle de Bélgica) de hacer el ridículo. World Rugby desde sus sillones de cuero repujado marcado por la tradición hace la vista gorda a una organización que recuerda, por momentos, a aquellos cortijos de otros tiempos en los que "el señorito" de turno hacía y deshacía a su antojo. Con un rumano (que coincidencia) de presidente y sin control, llegan resultados que, por méritos de las grandísimas jugadoras que integran la selección, dejan en ridículo a un campeonato que debería, por méritos propios, marcar historia.
El joven y renovado equipo neerlandés, ha sufrido hasta 10 veces la marca de unas jugadores que, por respeto al contrario, han mantenido un grandísimo nivel todo el partido. El rotundo 87 - 0 que se vio ayer en el Estadio Municipal Pedro Escartín de Guadalajara, deja a las claras que semejante despropósito es inadmisible.
Las leonas, por su parte, dieron un ejemplo de respeto y juego que les ha clasificado, por méritos propios, para el torneo clasificatorio para el Mundial de Nueva Zelanda 2021 que se jugará el próximo mes de septiembre y en el que , oh sorpresa, esperan Irlanda, Escocia e Italia...
Fotos/Argazkiak: F.E.R.
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