Las viejas leyendas

La Touche del Gaztedi con Roberto

Una vieja leyenda dice que cuando una persona se convierte a la verdadera fé de la ovalada, lo hace para toda la vida.

Es, de hecho, una máxima que se cumple a rajatabla por todo el orbe y muchos son los ejemplos de veteran@s rugbiers que a provecta edad se colocan las de cuero y visten orgullosos el escudo de su club.

Hoy no vamos a hablar de lejanos ejemplos de ilustre veteranía, ni de ejemplos a pie de campo de envidiados desconocidos.... Hoy vamos a hablar de nuestro compañero Roberto Corres, un rugbier de los de antes, participe en primera persona de la fundación de nuestro club.

Un segunda pateando, imagen de otros tiempos

Un veterano rugbier que, aprovechando la magnifica ocasión que supuso la organización del I Memorial Patxi Montoya en homenaje a tan ilustre compañero, no dudó en vestir rojinegro uniforme y enfrentarse, corazón en mano a un Salvador que compartía campo, en tan señalada ocasión y ansia por hacerse con la oval.

Roberto ejerciendo de medio melé

Una ocasión y un equipo visitante que le dieron la ocasión de demostrar que el que tuvo, retuvo y que sin tantas alaracas ni tanto altavoz, un rugbier es siempre un rugbier. Un caballero dentro y fuera del campo, practicando el tan manido deporte de villanos.

Un compañero que a sus 60 tacos de almanaque mantuvo el racial gusto por luchar, en paritarias condiciones, con figuras del rugby nacional por una esquiva ovalada que, a ratos si y a ratos también, demostró que otro rugby es posible en este año mundialista.

Maul, el natural ecosistema de un delantero

Un rugby en el que el ruck se pelea y los placajes se agradecen y las melés se sujetan, entre compañeros rugbiers, con el regusto del sudor en la comisura de los labios. 

Un rugby en el que prestar un jugador al equipo visitante es muestra de honor cuando la situación lo requiere, por que en la disputa en igualdad de condiciones, está la esencia de un deporte como es el que nos reúne.

Una muestra más de que como cuenta la vieja leyenda, cuando una persona se convierte en rugbier, lo hace para siempre.

Fotografías de Judith Alday. Más fotos aquí.