El pasado sábado los cachorros del Esconsu Gaztedi rindieron visita al Iruña R.C., en uno de esos campos con sabor añejo y áspera arena como terreno de juego. La tarde era soleada y la temperatura perfecta para el juego, pero ahí acabaron las buenas noticias para el equipo. El Esconsu Gaztedi presentó una versión reducida en efectivos, con varios obligados ajustes en sus posiciones, frente a un potente Iruña, que marcha segundo en su grupo de la segunda división de Liga Vasca.
Desde el inicio la superioridad del Iruña fue manifiesta, proporcional a la nula actitud ante el placaje que opuso el Esconsu Gaztedi. El marcador se inauguró tras un empuje de la delantera Navarra a saque de lateral. A la escasez de efectivos y la apurada alineación, se sumo la temprana lesión del joven medio de melé Sabin Urkixo, que obligó a una nueva reorganización del equipo. Tras ese primer ensayo, la secuencia de posados del Iruña continuó sin tregua, hasta repetirse en 3 ocasiones más en la primera parte y 7 en la segunda, aprovechando la endeblez de la defensa gasteiztarra y la dificultad para mantener la posesión del balón, que apenas duraba 3 ó 4 fases en las manos rojinegras. Tras dos partidos en que los resultados habían acompañado a la formación B del Esconsu Gaztedi, el Iruña R.C. desnudó el juego del equipo, lo que tendrá que suponer un acicate para apretar los dientes y aprender de los errores cometidos
De lo poco positivo en la ribera del Sadar, citar la reentrada en el equipo, tras un periodo lesionado, del mayor de los Otsoa, y la entrada en la dinámica del equipo de nuevos jugadores como Guzman y Ángel, que ayudarán sin duda a la mejora del equipo.
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